Después de la fiebre vampírica despertada por el afamado mundo Twilight, surgió esta saga creada por Claudia Gray, la Saga Medianoche. Y como no es de dudar porque fue una de mis preferidas, pienso comentarla.
Título: Medianoche (Evernight)
Autora: Claudia Gray
Páginas: 320
Idioma original: inglés
Fecha de publicación: Mayo de 2008
Colección: Saga Medianoche I
ISBN: 9788484414452
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
PVP: 13,95€
Léelo AQUÍ
Autora: Claudia Gray
Páginas: 320
Idioma original: inglés
Fecha de publicación: Mayo de 2008
Colección: Saga Medianoche I
ISBN: 9788484414452
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
PVP: 13,95€
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Sinopsis
Un internado donde nada es lo que parece.
Dos jóvenes atraídos por una fuerza magnética.
Un secreto oscuro y peligroso.
Y una única certeza: Entregarse al amor es jugar con fuego...
Una atracción magnética. Un juego prohibido.
Dos jóvenes atraídos por una fuerza magnética.
Un secreto oscuro y peligroso.
Y una única certeza: Entregarse al amor es jugar con fuego...
Una atracción magnética. Un juego prohibido.
Comentario
Bianca Oliver llevaba viviendo su corta vida lo más normal posible hasta que a sus padres les ofrecen un nuevo empleo como profesores en el internado Medianoche, que, cómo no, se encuentra apartado de la mano de Dios y del mundo en general.
Bianca ya desde el primer instante sabe que no le gustará tal idea, pero como hija de sus padres, que irónicamente se convierten en sus profesores, debe ser obediente y asistir junto con ellos a vivir al internado. Pero Bianca se siente rebelde y decide fugarse justamente el primer día de clase (un plan un tanto precipitado y absurdo después de haber tenido todo un verano para llevarlo a cabo, pero ya veis, así es Bianca). Para su buena y mala suerte, durante su escapada teatral conoce a la razón que la hará querer regresar a Medianoche: Lucas Ross (ahhhhh). Se presentan el uno al otro e irremediablemente se sienten conectados, pues quién no se enamoraría de alguien como Lucas, tan decidido a salvar damiselas en apuros, y es que él tiene sus razones secretas… sí, asumámoslo, Lucas no es siniestro ni tiene pinta de haber hecho algo terriblemente malo, pero sí de ocultar un secreto inconfesable.
Todo vuelve a la normalidad, como si Bianca nunca hubiera tenido la genial idea de fugarse, y decide ir a la presentación oficial que todos los años ofrece la Señorita Bethany, la directora, una señora que desde el primer momento no hizo más que caerme mal con su actitud de arpía remilgada, y a la que al parecer sus padres ofrecen una completa obediencia. Se hace una introducción de todos los personajes que intervendrán a lo largo de la historia entre los que cabe mencionar a Vic: el tío más zalamero y bonachón que jamás haya pisado Medianoche, y mi ídolo indiscutible, Claudia Gray debería replantearse escribir un libro sobre este carismático personaje; Balthazar: el polo opuesto (opuestísimo, se llevan años luz) de Lucas, y que decide, sin proponérselo siquiera, darle un poco de competencia al señorito Ross; Raquel: la amiga rarita de Bianca de la que poco a poco se irá comprendiendo el motivo de su actitud pasota, y es que la chavala, a parte de que sus padres pasan de ella y es continuamente acosada por Erich, algo en su vida antes de entrar a Medianoche la trastocó un poco; Patrice: la compañera de habitación de Bianca, y que según ella forma parte del prototipo de alumnos del internado, pero a pesar de ello no duda en ser amable con ella pues comprende su situación; y Erich: gamberro, arrogante y mala persona que desde el principio se la tiene jurada a Lucas.
Todos ellos menos Vic y Raquel, forman parte del mundo secreto que oculta Medianoche, un secreto horrible y escalofriante, rodeado de pequeñas meriendas nocturnas a escondidas de animalillos indefensos y retiradas en medio del bosque. Y es que sin duda, la gran mayoría de estos alumnos, jóvenes, bellos y pálidos, son nada más y nada menos que vampiros, y el internado en el que se encuentran es uno más de los pocos refugios que existen para que vampiros de largos años no pierdan el norte con tantos cambios habidos en el mundo exterior.
Aquí llega la clave de la historia y la parte que me impactó más. Claudia supo dar el toque de suspense perfecto, y en el momento idóneo (mitad del libro) dio una vuelta de campana a mis sospechas sobre quién sería el vampiro ya que los personajes tenían su misterio… y eso me encantó. Y como al haber vampiros en esta historia, tampoco debía faltar el enemigo de esta especie depredadora: la Cruz Negra, una asociación de cazadores de vampiros dispuestos a darles caza a pesar de que aquello no les permitiera tener una vida normal como poseer una casa, dinero propio o una vida... Nada.
Medianoche es un internado que guarda secretos prohibidos para el resto, y la misión de la Cruz Negra es averiguar el secreto que esconde la admisión de alumnos humanos en la escuela, cosa que pondrá en grave peligro al curioso de turno.
En este primer libro: Medianoche, no hubo ningún momento de completo aburrimiento pues se complementaba con la gloriosa presencia de Lucas (sí, lo sé, tengo un grave problema), y una vez desvelado completamente el secreto, el libro ya es de por sí envolvente, que no hace más que llevarte a seguir leyendo y leyendo hasta llegar al final y querer leer el siguiente. Claudia Gray para mí fue una escritora interesante y estupenda, todo lo describía con gracia y agilidad, y cuando tenía que ser romántica lo era, y cuando tenía que describir la dura verdad la escribía sin irse por las ramas… simplemente me encantó, y Lucas sobre todo. Bianca ya fue un caso a parte… la odié, sí… pero quizá eso se pueda arreglar con las siguientes secuelas… pero es que su actitud, típica de una adolescente, es un tanto cansino, sobre todo por su inmadurez. Pero como ya dije, eso se puede solucionar leyendo las continuaciones de esta saga.
Fragmentos
Lucas me estrechó contra su pecho con tanta fuerza que a penas pude respirar. Fue un beso profundo y lento, impetuoso y delicado, mil veces distinto. Perfecto en todas sus facetas.
Se me cayó la chaqueta de los hombros y mis brazos quedaron expuestos al aire. Deslizó las manos por mi espalda para protegerme del frío nocturno y sentí sus palmas en mis omóplatos y sus dedos en mi columna. Lucas me besó en la boca, en las mejillas, en la oreja, en el cuello.
—Bianca —dijo en un dulce susurro que sentí en la piel. Los labios de Lucas rozaban mi cuello—. Deberíamos parar.
Vic me dio un codazo amistoso.
—Tú y yo seguimos siendo amigos, ¿no? Que sepáis que en este divorcio tenéis la custodia compartida. Amplios derechos de visitas.
—¿Divorcio? —Me eché a reír a mi pesar. Sólo a Vic se le ocurriría llamar divorcio al resultado de una primera cita que había salido mal—. Seguimos siendo amigos.
—¿Si, Ranulf?
—¿Qué espíritus le dan vida a esta caja?
—Esto ya lo hemos discutido. —El señor Yee puso las manos en el pupitre de Ranulf y le habló con suma calma—: Los espíritus no dan vida a ninguno de los aparatos que hayamos estudiado en clase o que estudiaremos más adelante. De hecho, los espíritus no dan vida a ningún aparato. ¿Está claro de una vez por todas?
Ranulf asintió levemente, aunque no parecía convencido. (…)
—¿Y qué me dice de los espíritus del metal del que está hecha esta caja? —se atrevió a preguntar al cabo de unos segundos.
Canción
I Don't Care – Apocalyptica
“If you were dead or still alive
I don’t care, I don’t care”
Claudia Gray es el pseudónimo de la escritora neoyorquina Amy Vincent, nacida el 12 de junio de 1970 en Nueva York. No escogió un pseudónimo porque su verdadero nombre no le resultará agradable, ni porque siempre hubiera soñado llamarse así, ni tan solo porque se esté escondiendo de los restos de una banda internacional de contrabando de diamantes que rompió en 2003 (la INTERPOL se ha ocupado de ellos) Según menciona en su web personal. En realidad, cogió un pseudónimo sin ninguna razón, no obstante, eligió Claudia porque mientras intentaba pensar en un nombre, tenía "Claudius" en el reproductor de DVD. En cuanto a Gray, en realidad lo tomó en el último momento, originalmente había tomado "Lake," principalmente debido a que pensó que sonaba agradable con Claudia, pero al meterse en Google buscando por "Claudia Lake" y "Vampire" juntos, descubrió que éste era el nombre de un Presidente del club de fans de Lestat el vampiro. Evidentemente, tuvo que reconsiderar "Lake" después de saberlo. Interesante, ¿verdad?
Para saber más de esta autora visita su web aquí
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2 comentarios:
Hola!
Aun no la leo, pero la tengo descargada :P he leído reseñas tanto buenas, como malas :P, pero para los gustos los libros ;) tal vez un día lea la saga
Besos!
@Mary Ann: claro! yo te la recomiendo porque así por la mitad es que resulta demasiado envolvente... jajaja... ya me dirás qué tal cuando la leas ;)
@Mrs Brightside: oh! a mí Renacer me dejó con una espinita en el corazón T^T... me esperaba algo más pero con la frase final... no hay quien se queje jaja
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